(reseña
previamente publicada en la Revista Cultural Factor Crítico)
Es casi imposible que los lectores que amamos Fun Home no tengamos la tentación de
leer ¿Eres mi madre?, de Alison
Bechdel. La autora que escribió un libro sobre su padre, homosexual reprimido
que presumiblemente prefirió suicidarse al escándalo público y al divorcio, ha
publicado siete años más tarde un libro centrado en la figura de su madre, un
personaje importante pero secundario en Fun
Home. En la página 5 la fuerte relación entre ambos libros se plasma de
manera visual en una viñeta que produce un escalofrío a cualquier lector de Fun Home. Ésta:
Les explico: como otros autores de cómic, Bechdel escribe
libros autobiográficos. Fun Home
cuenta la historia de su infancia hasta que ella misma sale del armario, justo
antes de que su padre se suicidara tirándose delante de un camión de una
compañía panificadora. Y esta inocente imagen, más allá del gusto de Bechdel por
el encuadre y la simetría, nos advierte de que un camión de emociones puede
arrollar a un pequeño coche que se busca la vida, mientras nos golpea el
corazón al pensar si los paralelismos vitales e intelectuales de Alison y su
padre pudieran suponer el mismo final para ambos…
No creo necesario haber leído Fun Home para comprender ¿Eres
mi madre?, pero ambos son excelentes y
se complementan, aunque Fun Home
sea probablemente más accesible; ¿Eres mi
madre?, aunque relata también episodios de la infancia de la autora, se
centra en su vida adulta, desde que marcha a la universidad y empieza su
trabajo de dibujante, hasta que escribe Fun
Home, el libro sobre su padre, y, años más tarde, comienza a escribir el
mismo libro que comentamos. Una autobiografía en que la relación con su madre
es el principal eje de la narración, y donde los problemas familiares
arrastrados y las propias obsesiones de Bechdel se plasman en un narrativamente
armonioso y fantástico panel vital.
En este panel se articulan relaciones entre mujeres a tres
niveles: madre-hija, terapeuta-paciente, y amante-amante, y los tres tipos de
relaciones se describen en una mezcla continua en los episodios vitales de
Alison: las escenas describen la relación con su madre mientras las explicaciones
o los bocadillos son los que su terapeuta le ha explicado o lo que ha
encontrado en sus lecturas sobre terapia; o está con su pareja mientras
mentalmente recuerda las cartas que se escribían sus padres. La autora revela
la planificación del libro del mismo modo que combinando todos estos elementos
tratará de explicarnos el resultado de una deconstrucción aplicable a la
literatura y al análisis.
La terapia y el psicoanálisis son el método principal que
Bechdel utiliza en su libro. Al igual que la literatura (y la cultura en
general) era en Fun Home el modo en
que la familia conseguía relacionarse y apasionarse, en ¿Eres mi madre? la compulsiva necesidad de hacer, leer e
interpretar su terapia cubre de un manto todo el libro, como puede verse en el
croquis de la página anterior, donde la estructura visual viene reforzada con
los textos de Donald Winnicott, un especialista británico en el piscoanálisis
infantil y prácticamente único personaje masculino del libro –y de dibujo
turbadoramente parecido al padre de Alison, por cierto. La lectura de Winnicott
ayuda a Alison a interpretar su vida: desde las necesidades emocionales del
niño y la madre, al paralelismo relacional de la terapeuta con la madre y el
paciente con el niño, pasando por las relaciones con los objetos, la
interpretación de los sueños, o los simbolismos como los diarios o los espejos.
Bechdel sigue dejando de todos modos sitio para la literatura, con su
referencia continua a los libros precisamente biográficos de Virginia Woolf, y
a aquellos que liberaron a la atormentada autora inglesa de los recuerdos
traumáticos sobre sus padres.
Entiendo que con esta reseña el libro puede parecer serio.
Diré más, su uso abundante del texto, de un texto técnico en ocasiones, sobre
psicoanálisis lo puede hacer duro. Y todavía añado que es algo más, es casi
devastador. Su mirada no sincera sino completamente transparente al interior
del alma de Alison desarma cualquier introspección personal que yo al menos
haya sido capaz de hacerme, aunque los psicoanalizados que lean el libro podrán
juzgarlo mejor (se me antoja también que el nivel de interpretación intelectual
de la terapia y el psicoanálisis de la protagonista y autora no es tampoco el
más común). El análisis no se queda sólo en las relaciones familiares, amorosas
y/o terapéuticas, sino que hay un sitio esencial para la eclosión y desarrollo
del sentimiento creativo en el artista, cuyas motivaciones psicológicas se
explican en momentos clarividentes, o la conciencia que supone la orientación
sexual, sin la cual Bechdel asume que se habría atrevido a reconocer el
divorcio entre mente y cuerpo que le brindaban su educación y su familia.
Haber aunado todo esto en un libro armonioso resulta un
trabajo titánico. Como narración visual, ¿Eres
mi madre? es un trabajo impecable, como ya lo era Fun Home. Cada uno de los siete capítulos comienza con un sueño de
Alison que transcurre sobre fondo negro, mientras que todo el capítulo (¿tal
vez los periodos de vigilia de una semana de narración?) transcurre sobre fondo
blanco, en una línea clara y un entintado aguado. El blanco y negro sólo se
rompe con ligeros tonos de rojo o granate, en una curiosa simetría simbólica
con Fun Home, donde este único color
presente era un triste azul. Las transiciones entre las líneas maestras del
relato ya mencionadas (a los que hay que sumar sus pasajes del pasado que
representan a Winnicott trabajando con niños, o a Virginia Woolf explicando sus
libros) se realizan con elegancia, integrando todas las partes de la narración
de manera fluida mediante objetos, gestos y marcas. El control del encuadre y
la viñeta se utiliza para crear emoción y relacionar personajes, y su alcance
se observa muy bien en las relaciones con las terapeutas. En general, los
baqueteos psicológicos de la mente de Alison están bien conseguidos, incluida
la profusión de textos mencionada. Todo ello en un volumen que retuerce el
concepto de metalibro, al explicar sus motivos, el proceso de su confección, la
relación del libro con la obra anterior del autor, la vida de los personajes
reales en que se basa… Al escribir esta reseña, me había planteado llamar
Bechdel a la autora y Alison a la protagonista, pero no siempre ha sido fácil
decidir quién es quién. Lo cual también sería un tema objeto de análisis del libro…
Alison Bechdel por Elena Seibert (vía)
Goio, parece una auténtica obra de arte en todos los sentidos. Hay que tener una mente muy estructurada, además del talento en varios ámbitos para desarrollar una obra como esta. Además, eso de “reconocer el divorcio entre mente y cuerpo que le brindaban su educación y su familia”, no es sencillo en ningún caso. Reconozco que no soy defensora del psicoanálisis pero al menos el enfoque que da en el panel que adjuntas es esperanzador. Hice mi propio remix
ResponderEliminar“Si me mostráis a un bebe siempre habrá alguien que cuide de él (…) pero también creía en el desarrollo del individuo (….) y su propia vida ejemplificaría un perpetuo despliegue desde al yo en el mundo de manera muy intensa”
el libro es bastante excepcional en muchos aspectos, pero altamente exigente, no digamos ya si lo coge alguien pensando en el valor más puro de entretenimiento asociado al cómic. Además, es que el personaje/autora es tan apasionado sobre lo que hace y cómo vive su experiencia de terapia, que uno no puede dejar de verlo como una aventura en la que el riesgo es perder el propio yo.
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