La enigmática X
que titula este libro del autor afroamericano Percival Everett resume una
magnífica metáfora sobre la identidad literaria, aunque sea la forma en que el
traductor ha escogido traducir el original Erasure.
X es un libro contado por Thelonius Monk Ellison, un escritor también
afroamericano, de literatura considerada difícil, y de escaso éxito comercial. Críticos
y agentes consideran equivocada su carrera, que según ellos adolece de escasa negritud. Nadie consigue establecer una
relación entre los sesudos análisis deconstructivistas del también
conferenciante y profesor Ellison y el color de su piel, mientras novelas que
retratan con un drama burdo las condiciones de una vida estereotipada de los
negros estadounidenses actuales arrasan en ventas y sus autores son
entrevistados banalmente por las estrellas de la televisión en programas de
máxima audiencia. Ellison, un escritor de mediana edad, irónico, inteligente y
observador, se ve obligado a dejar el trabajo y trasladarse a Washington DC a
cuidar de su madre anciana, y descubre que la situación económica familiar
requiere ganar dinero pronto. ¿Por qué no una cruda historia del ghetto
titulada, literalmente, Porculo?
El ghetto existe, pero puede tratarse de manera menos tópica. Chicago, 1975 (vía)
X se organiza
como un diario sin fechas. Ellison relata en un supuesto texto propio su día a
día con su familia, los recuerdos de su pasado, los encuentros absurdos con
otros escritores, y apuntes de ideas o diálogos para posibles futuros escritos,
además del impagable texto de Porculo,
absolutamente admirable e imprescindible, una pieza usada dramáticamente como
un Tractat del ghetto literario y
racial al que el autor y sus protagonistas deberían pertenecer, y cuyo triple
juego de literatura basura, material susceptible de éxito crítico, y escrito de
catarsis personal de un personaje que no encaja en la industria, es tan
inteligente como demoledor.
No había oído nunca hablar de Percival Everett, cuya
trayectoria literaria parece similar a la de su personaje. Parece que como
autor difícil ha tenido pocas ediciones, y un prestigio académico que apenas
llega a la crítica más intensa. Leyendo estas cosas es complicado animarse a
conocer su obra anterior (un pedazo de la cual podría adivinarse en el texto
indescifrable de una conferencia incluida en X), pero este libro es una pieza que funciona muy bien como un
aparente divertimento de costumbres familiares y literarias, pero que encierra
una lectura amarga sobre la identidad que la sociedad otorga al individuo
mediante el comportamiento esperable en las etiquetas. La fluidez de los textos
del diario y la habilidad con los diálogos ayudan a hacer de la lectura de X una experiencia estupenda.
Percival Everett (vía)