Es obvio que me he enganchado con Jean Echenoz, y,
contradiciendo mis propias reglas como lector, he leído tres libros del mismo
autor en apenas tres meses. Ravel es
el primer libro de una trilogía de biografías que se completa con Correr (sobre la vida de Emil Zatopek), y Relámpagos
(sobre la de Nikola Tesla), y comparte sus mismos rasgos estilísticos, aunque
no me ha entusiasmado como ellas.
¿Puede haber una técnica más depurada en Correr o en Relámpagos que en Ravel?
Lo dudo, dado que Echenoz es escritor experimentado y que en verdad no existen
diferencias significativas: el acercamiento a la intimidad mediante la
sencillez es igual, el tratamiento del anecdotario que jalona la vida del
personaje público en cuestión como contrapunto de la cotidianeidad rutinaria
que vive es similar, el libro también es corto y avanza con rapidez en un
lúcido resumen biográfico, y tal vez sólo se distingue por cubrir diez años de
la vida de Maurice Ravel en lugar de las casi completas de Zatopek o Tesla.
Maurice Ravel (vía)
Creo que me falla el entusiasmo porque no he empatizado con
el personaje autor del famosísimo Bolero, con cuya partida en barco a EE.UU. en
1927 para realizar una lucrativa gira diez años antes de su muerte comienza la
narración. Ravel ya es mayor y tiene problemas de salud que empiezan a
afectarle, pero en su caso el éxito es real y completo, no vigilado como en
Zatopek, o fugaz como en Tesla, lo es además desde el inicio de la novela, y el
comportamiento estrafalario del músico parece más bien una impostura que una
respuesta o una condición debida al mundo exterior a veces hostil, o a un
convencimiento interior moral. Aunque sin duda no vence a Tesla en
extravagancia (tampoco en riqueza del anecdotario). También es cierto que si
bien los tres libros son cortos, Ravel
es el más breve de ellos, y que se centra en una figura cultural mítica del país
del autor, y eso puede encorsetar más al escritor porque probablemente su
lector natural (un francés) tiene una imagen más nítida en mente de Ravel.
No por ello es un libro mediocre, claro, pero posiblemente
pedía un tono algo distinto, aunque sin el contraste de Correr y Relámpagos no
lo vería tan claro. El acierto al escoger el personaje y adecuarlo al tono es,
en este caso, crucial.
Jean Echenoz (vía)