En el verano de 2006, Alessandro Baricco escribió un ensayo que fue publicando por entregas en el periódico italiano La Repubblica. El ensayo fue publicado posteriormente como libro bajo el título Los bárbaros. Ensayo sobre la mutación. No es habitual, supongo, empezar a leer a Alessandro Baricco con un ensayo como este. Baricco es el autor de Seda, una de los novelas de más éxito de las dos últimas décadas, que ha encasillado a Baricco como escritor apegado a una estética remilgada. No es el caso de este ensayo a pesar de que en su modo de publicación uno podría ver la ambición mediática que se asocia a los libros que nacen, como concepto, como best-sellers.
La película basada en Seda fue dirigida por François Girard en 2007 y es posiblemente el film que menos encaja en la raruna filmografía de Michael Pitt.
Los bárbaros del título somos todos, y, como insinúa el subtítulo, todos estamos mutando. Baricco habla de los cambios socioculturales debidos al empuje conjunto y combinado de la tecnología y la globalización en nuestras vidas, donde triunfan lo espectacular y mediático y Google es el paradigma cultural que representa el nuevo consumo de contenidos. Baricco dice que la cultura clásica, aburguesada, pretende rechazarlo aunque en realidad no pueda. Y los ejemplos de negocios clásicos como el fútbol, los libros, o el vino, que han mutado con estas premisas en todo el mundo. En efecto, el bárbaro navega por una superficie, y rara vez profundiza, porque en realidad no le interesa y porque la nueva cultura no lo impone: enseguida se moverá a otro tema.
El apóstol de los bárbaros enseña su arma (vía Wikipedia)
Según Baricco todos tenemos este gen, y en todos está mutando, de modo que cada uno de nosotros tiene cierto grado de barbarie. Pero lo importante es que su visión, a pesar de los términos (barbarie, navegación, espectacularidad) no es negativa, sino descriptora, con perspectiva histórica y gusto irónico. Para Baricco el mundo no se acaba con estas nuevas manifestaciones culturales, porque a fin de cuentas no ha habido novedad cultural que no haya sido recibida así, como barbaridad que no perduraría. Y, sin embargo, lo hicieron. El cambio actual es para Baricco ya en 2006 más profundo que muchos de los cambios culturales anteriores, y está aquí para quedarse sin duda.
No haces 500 millones de bárbaros sin hacerte unos pocos enemigos (vía Wikipedia)
El ensayo brilla y sufre a la vez por el mismo punto: su peculiar modo de publicación en un periódico de consumo durante un verano. Obviamente, hay un interesante paralelismo entre la forma empleada para su publicación y el tema del que trata (tal vez lo más lógico habría sido un blog, aunque el público lector habría sido otro y puede especularse que en 2006 habría sido más restringido), pero me interesa más cómo influye esto en la calidad literaria del texto más allá de la tesis, apuntalada con brillantez. Baricco aligera sus ejemplos con un tono relajado y dosis importantes de humor, con la ironía histórica de recordar a un autor considerado modernísimo y superficial y sin futuro en su día como Beethoven, o a un intelectual como Walter Benjamin, que consideraba tan importante objeto de estudio a Mickey Mouse como a Marcel Proust. Pero también se ve obligado a recordar con frecuencia el artículo anterior, o a usar expresiones de extremada simpleza, que ya no sé decir si se deben a en efecto la sombra de su literatura habitual, una traducción desafortunada, o al tono relajado, aparentemente poco exigente que su publicación impone.
Es un libro en cualquier caso muy disfrutable, lúcido y recomendable. Agradezco desde aquí la recomendación de mi querido amigo viajero Beebop, que tiene abandonado, para pena de sus fans, su propia aventuraliteraria, un tanto bárbara.
Alessandro Baricco (Vía sombrasdeneón)