15 de marzo de 2025

Crece la hierba a pesar de todo

 


Hierba es un cómic surcoreano de la autora Kem Suk Gendry-Kim, que, publicado originalmente en 2017, ha ido cosechando premios allí por donde se editaba. Narra la vida de Lee Ok-Sun, anciana coreana que vive en China, donde ella fue mujer de consuelo de los soldados japoneses durante la Segunda Guerra Mundial tras haber sido secuestrada y trasladada. Así, Hierba cuenta uno de los episodios más crudos de aquella guerra pródiga en barbaridades, y lo hace mediante la biografía narrada. La señora Ok-Sun ha viajado a Corea, donde se aloja en una residencia refugio para las víctimas de la esclavitud sexual. Allí recibe las visitas de una joven autora interesada en su historia: Ok-Sun está en Corea porque participa en las reivindicaciones contra el gobierno de Japón y en busca de su reconocimiento de responsabilidad y de una petición de perdón incondicional.

Las opciones estilísticas que la autora escoge para su narración son algo obvias pero eficaces: una longitud relevante (480 páginas), un blanco y negro muy marcado y expresivo (casi exigido por la trama y la tradición), la elipsis metafórica (pues los momentos más crudos de la historia no son explícitos, con el ominoso pero muy bien resuelto primer episodio de violación como mejor ejemplo), la narración por episodios breves (que tal vez lastre algo la lectura en este caso por exceso), o la libertad en el uso de viñetas que con frecuencia se desbordan en dibujos a página completa o doble página, combinando escenas de interiores frente a exteriores, y especialmente de personajes en la naturaleza.

Es obvio que Hierba encierra una lectura de reivindicación feminista: autora, biografiada, personaje biógrafo femenino, hermana, amigas... dirigen claramente la narración y el punto de vista; el diseño de personaje de Ok-Sun, que es real según cuenta la autora en el epílogo, no es revanchista ni odia, ni su recuerdo demoniza a los hombres de su tiempo, lo cual es de una enorme superación moral, dado que tampoco impone esta visión. Ok-Sun mantiene incluso un encomiable humor y ganas de vivir. Sus esfuerzos se centran en un líder político, el primer ministro japonés Shinzo Abe, en una traslación a la responsabilidad pública que probablemente le ayude a luchar también en lo personal. Además, no se trata exclusivamente del drama de la prostitución esclavista en la guerra: la actual sociedad machista coreana también desprecia a las antiguas mujeres de consuelo y se deja llevar por prejuicios crueles.

El cómic se lee con congoja bien lograda, creando una admiración creciente (profunda al final) hacia su personaje. Recuerda inevitablemente a Maus, sin llegar a su perfección metafórica, pero compartiendo varias situaciones narrativas (incluido que tanto Art Spiegelman como Keum Suk Gendry-Kim se sienten culpables por aprovechar un conocimiento especialmente luctuoso para una obra artística). No hay motivo explícito para el título, por cierto. Así que en Hierba hay que buscarle la metáfora o el simbolismo en cuanto a que algo debe representar: la hierba que siempre crece, cuyo desarrollo se cercena segándola, que es pisoteada pero que crece libre donde menos se la espera... En el cómic hay mucho mundo vegetal externo signo a la vez de paisaje inhóspito y añorado o reparador. Pero todo es negro.


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