18 de mayo de 2016

1860. Capítulo 4


Desafortunadamente, el capítulo 3 de la serie de novelas de Patrick Deville, titulado Kampuchea, aún no se ha editado en castellano. Por eso he tenido que leer antes Peste & Cólera, el cuarto de la serie, y, hasta la fecha, uno de los más premiados. Hay algunas diferencias importantes con las dos primeras novelas de la serie (recuerden Pura Vida y Ecuatoria), y aquí las vamos a contar…

Recordemos que Deville está construyendo la historia de la humanidad globalizada, partiendo del año 1860 en el que según él se inicia una clara conexión global entre personas de diferentes países. La persona de referencia, tras el malvado William Walker, y el buenazo pero cuyas acciones dieron lugar a consecuencias terribles Pierre Savorgnan de Brazza, es ahora un casi santo en vida, Alexandre Yersin. De nuevo un personaje prácticamente olvidado, que sin embargo trabajó con Pasteur, identificó los bacilos de la difteria y nada menos que de la peste bubónica, pero además exploró por primera vez determinadas partes de Vietnam, cultivó con éxito la quinina y el caucho, y estudió botánica, geografía, astronomía, y prácticamente todo lo que se le puso por delante, con gran pasión, dedicación y rigor. Vivió de 1863 a 1943, desde su Suiza natal a París y de ahí a Vietnam, donde dejó una rica herencia técnica, cultural y científica. Deville le conecta con Pasteur y toda su banda de heroicos microbiólogos, también con Rimbaud como figura que huyó de la metrópoli a la vez que Yersin, con Stanley y, sobre todo, con el carácter de huérfano de la mayoría de todos estos personajes.

Alexandre Yersin (vía)

Yersin resulta especialmente inclasificable, es un personaje de trazo distinto a los anteriores en la serie, con los que ni siquiera comparte el mismo tipo de ambición (que en Yersin es sed de conocimiento, y pocas ambiciones me parecen tan puramente loables), y mucho menos su carácter célibe y solitario (que suena mucho a homosexual reprimido), brillante hasta el punto de apenas dedicar sólo dos años seguidos a cada parte de su peculiar carrera y aun así haber destacado en casi todo lo que intentó, huyendo siempre de homenajes, politiqueos y premios. La principal diferencia de Peste & Cólera con los anteriores libros es que en esta ocasión no existe capítulo que no se centre en el propio protagonista, quien lo ocupa casi todo. No es que, como las anteriores, esta novela no se centre sobre todo en un personaje, pero la búsqueda de otros que también se movieron en parámetros espaciales y temporales similares está muy reducida, apenas esbozada. Así, la novela es mucho menos ramificada y claramente más lineal aunque existan saltos en el tiempo centrados en la misma vida de Yersin; el exterior nunca deja de relacionarse casi exclusivamente con él.

El bacilo de la peste, Yersinia Pestis, descubierto por Alexandre Yersin (vía)

La otra diferencia es el trato hacia sí mismo que se otorga el autor. Frente a la presencia documentalista de los dos libros anteriores, el personaje de Deville de este libro opta por mencionarse como fantasma del futuro que visita a Yersin y sus lugares.  Como lector, entiendo que cambie el recurso puesto que las dos primeras novelas lo revelaban en exceso y, en esta ocasión, aporta menos dado que no existe un personaje actual visitable o entrevistable, o un acto contemporáneo (como el traslado de los restos de Brazza, por ejemplo) que permitan al autor personarse y realzar el peso de su investigación, aquí reducida a la lectura de archivos y al paso por los sitios en que vivió Yersin, sin referentes actuales por no ser relevantes. Pero, por otro lado, el fantasma no es un recurso demasiado aportador a la rica reflexión documentalista que tenían los anteriores libros.

Pero, por otro lado, Deville entra con tanta elegancia y maestría en la cabeza y cuerpo de Yersin, desde su infancia hasta su vejez, que sin duda nos encontramos ante el mejor retrato de todos los protagonistas hasta ahora, por su densa carga emocional, y la, hasta ahora, mayor conexión propia de autor, lector y personaje. Dibuja una persona tozuda, inteligente, inquisitiva, leal y admirable, cuya pasión es perfectamente entendible, cuyas acciones siempre fueron buenas, incluso morales, alentadas por la búsqueda del bien de sus semejantes. Deville trabaja un trazo aparentemente simple en las frases, fluido en los avatares del tiempo, que comunica sin grandilocuencias, y breve pero revelador en la descripción de los logros de su vida.

Creo no obstante que no debemos confundir este alejamiento de parte del canon devilliano de la serie con un acercamiento a los libros biográficos de Jean Echenoz, en los que he pensado por primera vez, seguramente por la presencia continuada de Yersin en la historia, tal y como Echenoz hizo con Zatopek, Tesla o Ravel. Deville supera a su compatriota en profundidad psicológica, en el apasionante entramado de relaciones, y en la relevancia histórica conseguida. Bueno, en realidad, juegan deportes distintos, Echenoz se acerca más a un cierto divertimento desmitificador, mientras que Deville también consigue ternura pero alcanza un resultado globalmente (pun) más enriquecedor.

El siguiente paso se prevé mexicano: Viva. Será el quinto capítulo de esta serie, a falta de que Kampuchea aparezca milagrosamente en las librerías…

Patrick Deville (vía)



2 comentarios:

  1. Ante la imposibilidad material de leer en breve "Pura vida", confieso que esas diferencias que señalas me han acercado y me han hecho disfrutar más de "Peste & Cólera" que de "Ecuatoria", asumiendo lo poco devilliano que pueda resultar decir esto. Han sido dos pero podrían haber sido tres, sólo que para la tercera me estoy entrenando, acabo de leer a Bruno Traven y me queda saldar la deuda con Malcom Lowry, escritores que ahora tienen una segunda cosa en común además de haber sido adaptados por John Huston.

    ResponderEliminar
  2. Me alegra que hayas entrado en Deville, por fin. Bueno, ojo, no es que con esto diga que Peste & Cólera no merezca, simplemente creo que la aproximación es la que requiere este personaje y su historia frente a las anteriores (en las que deville encuentra mejor el hilo hacia la actualidad). No lo soluciona mal, pero como siempre puede suceder, al venir de otra aproximación que me había fascinado, pues... Cierto es que el cambio también me atrae, es decir, saber que esto no va a ser sólo un esquema que se repite con doce personajes distintos y diferentes pero bajo una mirada única. Está bien, tiene modo aventura, espero que lo sigamos disfrutando.

    A lowry lo leí hace mucho y lo hice en inglés, y no fue buena decisión, el libro me costó muchísimo...

    Merci, Sergio!

    ResponderEliminar