Han caído en mis manos recientemente dos volúmenes de viñetas obra de diferentes humoristas gráficos de periódico. Uno pertenece a Idígoras y Pachi (los hermanos Ángel y Francisco Javier Rodríguez Idígoras), colaboradores de El Mundo, y se titula El decimotercer mundo y otros pobres. El otro es obra de El Roto (Andrés Rábago García), que publica diariamente en El País, y se titula A cada uno lo suyo. Ambos son libros de denuncia social y política, tal vez más irónico el de Idígoras y Pachi, algo más cínico y negro el de El Roto.
Idígoras y Pachi son dibujantes estupendos, que
caricaturizan el rostro humano pero saben dotarlo de ternura y humanidad, con
sus bocas enormes y sus narices redondeadas. Su libro no viene datado, pero se
antoja mayoritariamente anterior a la crisis. Los principales protagonistas de El decimotercer mundo y otros pobres son
pobres e inmigrantes, y la reacción de las clases medias y pudientes ante
ellos, sea en un comportamiento diario, sea en lo absurdo de sus leyes. Muchas
viñetas son diálogos incisivos sobre pateras cruzando el estrecho, y su método
es la sátira, aunque tengan capacidad para el humor blanco. Sí, es un tanto
desgraciado que tengamos que usar términos como humor blanco y negro
precisamente en este contexto, perdón por ello.
El Roto toca también estos temas, aunque A cada uno lo suyo, un volumen publicado
en 2013, sí refleja los efectos de la crisis económica. El Roto tiene un humor
más negro que Idígoras y Pachi, y rara vez da lugar a una sonrisa sino que es
especialista en que el lector congele cualquier muesca que se le pueda dibujar
en la cara. Sus personajes y situaciones son en ocasiones agresivos, y también
alcanza ciertos grados de abstracción, en el dibujo y en el tema, que le
conceden un valor metafórico que para algunos lectores puede ser críptico. Un
tipo más pesimista con algún rasgo nihilista, que parece más desconfiado aún en
la raza humana, no digamos ya en las relaciones entre clases o mercados, aunque
algunas viñetas dejen lugar a la esperanza en una posible revolución que
permita que el mundo no se autodestruya.
Andrés García Rábago, El Roto (vía)
En ambos libros he tenido la sensación de volúmenes que
agotan demasiado pronto sus posibilidades, creo que debido al hecho de que la
acumulación continuada de viñetas deja poco espacio a la reflexión que abre
cada una de ellas, que es más posible cuando es observada en un periódico
rodeado de noticias o textos editoriales, y sin tener la reincidencia en el
tema tan cercana en la experiencia lectora. Una viñeta sirve perfectamente para
expresar pensamientos y desatar sensaciones de manera que puede ser más
efectiva que una columna de opinión, y en efecto esto sucede en ambas
recopilaciones, que son obra de unos humoristas gráficos brillantes y dignos
del buen momento creativo del sector en este momento.
Angel Idígoras y Pachi Idígoras, es
decir, Idígoras y Pachi (vía)
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