Mentiré si es
necesario es un libro biográfico editado por El Butano Popular mediante
crowdfunding y
escrito por Daniel Ausente, el autor del (brillante) blog El Señor Ausente,
ensayista y escritor en varios medios, miembro de la iniciativa Trash entre amigos,
auténtico experto analista de la subcultura pop y sus influencias de y en lo
social, cultural, político y moral, y, por encima de todo ello, padre de
familia, ex-politoxicómano, y un ser peligroso.
Según llegan los años (para quedarse), voy empezando a
entender por qué en la madurez se dejan de leer novelas/ficiones y las lecturas
de ensayo y no ficción ganan peso en la biblioteca personal. He visto a muchos
lectores comentarlo (no todos, obviamente), y a mí también me está pasando. Creo
que los factores son psicológicos: una vez que el bacalao ya se ha probado conla mayoría de salsas posibles,
resulta más interesante conocer cómo se organizan otras realidades que andar
fantaseando, y las biografías son un ejemplo perfecto; pero, claro, si además
se trata de la de un coetáneo de orígenes e intereses más o menos
similares, es más que posible que tus defensas de avezado lector caigan y las
(ahora sabes por qué) peligrosas enseñanzas del libro te secuestren.
Daniel Ausente cuenta las aventuras de su infancia y primera
juventud en episodios breves, que suelen recuperar un personaje o un conjunto
de anécdotas y sucedidos en pequeños relatos cerrados que poco a poco revelan
desde lo obvio (la peculiaridad de la familia Castañé, entre lo burgués y lo ácrata
pasando por lo pichabrava) a lo sutil (el cambio de modos de un país que en
realidad no cambió tanto de costumbres pero sí de drogas; el peso ineludible de
lo sociogenético en los actos de la vida, o la subversión de la nostalgia
comercial), y conforman una saga desestructurada a la que el propio autor se
sorprende de haber conseguido sobrevivir, en una ciudad de trazo espeluznante y
alejada de la Barcelona de hoy en día.
El libro admite mentir desde su título. Creo que la propia
cinefilia del autor lo implica: si miente es por exigencia del guión. También creo
que hay una lectura más allá: del mismo modo que el cine miente y sólo con
encuadrar ya retrata estética y moralmente, una autobiografía también impone un
cuadro por el que el lector mira necesariamente. Su interpretación del fuera de
cuadro puede por ello volverse esencial. Y peligrosa, claro. La mía es que es imposible escribir estos episodios
magníficos, tan sensibles como lúcidos en lo social y en lo psicológico, sin
muchísimas más horas también invertidas en aquellos años en las lecturas y las
películas, horas de biblioteca y filmoteca ausentes (con la excepción de un
hilarante episodio viscontiniano) de un libro que canta gozoso al cómic de
derribo y al cine de barrio del desarrollismo. Todas esas horas no descritas
son sin embargo la base de una sintaxis elegante, que da coherencia a una voz muy
personal y de difícil etiquetado. El libro nace de la escritura de un blog, y
cumple con ello la regla no escrita de mancillar el serio género de la
autobiografía mediante Internet, que además es en este caso la nueva casa madre
de toda la subcultura actual. A esa voz le toca ahora afrontar la liberación
del formato corto y el abismo de la ficción –aunque las novelas sean para
jóvenes-. Pero eso sí, será un autor cuyas claves tendremos claras, porque sabemos
la verdad que encierran sus mentiras más peligrosas.
Daniel Ausente, por Irene Schulz, (vía)
Juraría que había comentado en este post pero o algo hice mal o se quedó en la intención. Tengo el libro por la mitad y me está gustando pero debo decir que tu reseña es magnífica.
ResponderEliminarGracias!! Igual no me crees, pero luché por conseguir poner la palabra 'ausente' en el último párrafo sí o sí, para que la reseña, diseñada como círculo, fuera completa. Estas cosas es mejor que no se noten, lo sé, pero dejan poso...
ResponderEliminarOyes, hay que hacer el esfuerzo por terminarlo, eh... Que es motivo de disfrute y placer!