Factfulness arrastra una leyenda moderna: haber sido regalado por Bll Gates
nada menos que a todos los universitarios estadounidenses graduados en 2017. No
sé (no quiero saber) cómo accedería Gates a semejante cantidad de datos, pero
aplaudo el gesto. También Barack Obama, convertido ya en famosos que recomienda
listas, puso a Factfulness en un
pedestal. Bueno, pues sí, el libro lo merece mucho, muchísimo incluso.
Los subtítulos de Factfulness (un título intraducible por sí mismo: ¿factualidad?
¿factualización?) presenta en su portada son reveladores: Cómo los prejuicios y un mal uso de los datos condicionan la visión de
los problemas del mundo, y Diez
razones por las que estamos equivocados sobre el mundo y por qué las cosas
están mejor de lo que piensas. Normalmente titulares con este aire de
autoayuda me hacen huir de un libro, pero se produce una inversión curiosa: los
autores (uno principal, el ya fallecido Hans Rosling, su hijo Ola Rosling y su
nuera Anna Rosling Rönnlund, quienes ejecutaron gran parte del análisis gráfico
esencial en la presentación de datos e hicieron la revisión final del libro
debido a la enfermedad de Hans Rosling) usan presentación, lenguaje y escritura
cercanos a la literatura de autoayuda para presentar resultados obtenidos
mediante una aproximación científica a datos económicos y sociales de la humanidad.
En realidad el libro no es interesante por sus valores literarios (algunos
pasajes me han parecido infantilmente redactados), pero los autores no tienen
interés obvio en el ensayo como arte. Creo que estamos ante un libro de texto,
de contenido y presentación sencillos y amenos, con alto valor pedagógico, para
un consumo generalizado, que asume su posición con una agradecible modestia
expositiva, y que sabe apelar primariamente a nuestra inteligencia. No es, sin
embargo, un trabajo simple, encierra en sí mismo un resumen de la vida y obra
de Hans Rosling, incluye ejemplos depurados devenidos en demostraciones
sencillas, y no presenta teorías arrogantes. Y, por supuesto, su metodología
gráfica da algunos resultados brillantes.
Esperanza de vida frente al ingreso
anual por países y continentes, en 2018. Este gráfico está sacado de la web de GapMinder, fundación creada por la
familia Rosling, que trabaja en estudios de datos, y que contiene diferentes
herramientas para obtener los gráficos incluidos en Factfulness. Se puede
trabajar con estas herramientas fuera de la web, y todos los datos están
disponibles.
El método de Factfulness parte de una
encuesta con una serie de preguntas sencillas sobre el estado de algunas
cuestiones globales, que, en general e independientemente de la formación,
situación económica y estatus social, tendemos a responder mucho más
negativamente que lo que corresponde a la realidad (con una excepción, la
pregunta sobre el cambio climático). Rosling analiza después cada pregunta en
un capítulo específico, que relaciona con un instinto humano primario, en
varias ocasiones adscribible a una psicología elemental de supervivencia, que
el autor considera que produce una contradicción elemental entre nuestra
sensibilidad subjetiva individual y nuestros logros sociales como colectivo. El
análisis antropológico (por ejemplo: ya no somos animales de caza pero
mantenemos aún emociones similares) resulta un tanto simplón, así como el
ejemplo personal que Rosling describe en cada capítulo, pero está exento de
paternalismo y lleno de humildad ante el aprendizaje. Incluye además instintos
peculiares que hacen perder criterio a personas que en otros ámbitos puedan ser
racionales en su observación y deducciones: los militantes de cualquier causa,
incapaces de juzgar objetivamente los resultados de su lucha por el hecho de
convertir esa lucha en un objetivo más que en un medio, podría ser el mejor
ejemplo. Veo un mayor logro en la simplicidad de la segmentación económica que
Rosling aplica a toda la humanidad, con una separación por rangos de ingresos,
que determinan necesariamente el estilo de vida, y que dividen claramente la
forma de ver el mundo. Es esclarecedor porque además Rosling lo compara en el
tiempo y en el espacio, elimina con clarividencia cualquier tópico nacional o
racial en la consideración del progreso humano, y articula un cambio lógico,
comprensible y alejado de las generalizaciones en el punto de vista sobre la
situación económica de cada país.
Los métodos y resultados de Factfulness me han recordado mucho a
los de un libro que leí hace cinco años, The Rational
Optimist, que reseñé con cierto entusiasmo contenido. El autor, Matt
Ridley, tenía un tono más triunfalista (algo que Rosling evita explícitamente)
ante los problemas individuales y teorizaba sobre las bondades del libre
comercio y la innovación, con confianza plena en ambos, para sustentar el
progreso y superar el cambio climático, lo que en cierto modo también parecía
una excusa política (Ridley es un Lord del Partido Conservador, además de
científico y excelente divulgador, al menos por los dos libros que he leído de
ñel, el mencionado y el estupendo Genoma),
que en Rosling claramente no existe. Pero también incluye su mención política y
económica sobre el papel del estado frente al de la iniciativa individual, y la
necesidad de equilibrio entre los valores positivos de ambos.
Pero no es este subtexto político el
destacable en Factfulness, claro. El
libro tiene un punto de clarividencia asombrada y de honestidad expositiva que
es atractivo y aplaudible. Dan ganas de llevárselo a las reuniones de cuñados,
de explicárselo a los analistas inmediatos de webs y noticias, a los agoreros
del apocalipsis, porque bajo su modestia late un encomiable trabajo y un
humanismo moral que desarman cualquier tertulianismo estúpido.
Hans Rosling, por David Shankbone (vía)
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