24 de mayo de 2009

Arte que no permanecerá (y epílogo)


Bilbao tiene una edición bienal de un concurso de jardinería. Bueno, mejor dicho, ha habido dos ediciones, y la segunda, que tiene lugar ahorita mismo, sucede dos años después de la primera, Que se sepa, este es el único concurso mundial de jardinería que sucede en un entorno urbano, afirmación altamente bilbaina pero más agradable que los últimos excesos ciudadanos que hemos vivido en este colorido mayo. En dos meses, todos estos jardines efímeros desaparecerán, y se irán con la primavera, a la cual podemos considerar, horteramente, la verdadera belleza que no permanece. Arriba tenemos una piscina en la plaza de Indautxu. El nadador arranca flores allá donde posa algo de su cuerpo. Abajo tenemos aparentemente menos vida, pero el campo de varios centenares de cactos junto al Museo de Bellas Artes, que a mí me parece un paisaje por momentos lunático, es espectacular.

La siguiente foto corresponde al jardín instalado en el terreno del Palacio Ibaigane, la sede del Athletic de Bilbao en Alameda Mazarredo. Se trataba de un pasillo con aprovechamiento de diferentes elementos de construcción o industriales para exhibir vegetales varios. Las cañerías usadas como macetas me parecieron muy adecuadas para fotografiarlas junto a las torres de Isozaki del paseo de Abandoibarra. No habría rascacielos sin estupendas cañerías, por supuesto (perdonen el subrayado).


Hay un total de 27 jardines repartidos por la ciudad, 23 de ellos a concurso y 4 obra de autores invitados, entre otros Antonio Gala o Agustín Ibarrola. Así que paseando por cualquier barrio es posible encontrarse alguno, y por el centro, las posibilidades son muchas. La mayoría están pensados para que el público interaccione con ellos, y dan también a los niños la posibilidad de jugar entre flores. Así, abajo tenemos uno junto al Parque de Doña Casilda, cerca de la plaza de Ramón Basterra. El terreno montañoso de color cal es casi esponjoso, y los niños juegan en él. Les rodean hermosas flores que en mi burda urbanidad no sé distinguir. Las posibilidades de encuadre son magníficas.


Termino esta serie fotográfica con la propuesta 'fuera de sección oficial' de Agustín Ibarrola, situado en la Plaza del Ayuntamiento y junto a la Variante ovoide de la desocupación de la esfera, la obra de Jorge Oteiza. Este jardín lo componen un conjunto de espigados paraguas que a modo de champiñones salen de la tierra verde en periodo de lluvia.
La primavera está siendo lluviosa en Bilbao


Más información en la página del ayuntamiento.




3 comentarios:

  1. Pues me parece una idea excelente por parte del Ayuntamiento. Promover una bienal de jardinería es una iniciativa k demuestra CIVILIZACION por parte de los poderes públicos. A mí me reconfortan este tipo de cosas, las encuentro altamente simbólicas, como ... no sé... ¿como rechazar a Atila en los Campos Cataláunicos?

    Mac

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  2. Coincido, oh Goio, en mi admiracion del concurso éste de jardines urbanos. Sí es cierto que se alternan algunos sorprendentes y otros un tanto mas discutibles, pero todos tienen un indudable valor artistico. Hay uno al lado del Guggenheim que consiste en una especie de enterramiento que como minimo no te deja indiferente (o sea, arte en sentido amplio) El de los paraguas me parece sencillamente bestial y el de los cactus me parece una castaña. Para opiniones, como todo. Veo que no has desaprovechado la oportunidad para meter una puya subliminal a la final de copa...

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  3. Vi, mi querido apuesto vencedor, esos jardines tumba junto al guggenheim. Pero los interpreté más irónicos junto a ramón rubial, sobre todo porque yo pasé dos días después de la investidura de patxi lópez, y todo parecía parabólico más que metafórico...

    qué le vamos a hacer, el fútbol sí que es flor de un día...

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