pOp cOntrOl, este
libro de Miguel Ibáñez que es una pequeña biblia (sub)cultural, tiene un
aire buscado de fanzine encuadernado, con sus márgenes dibujados y sus fotos de
baja calidad. Se subtitula Crónicas
post-industriales, y aunque es un libro interesante e incluso instructivo,
también es obsesivo, repetitivo, y, sobre todo, escrito con un tono
pretendidamente coloquial que con frecuencia me irrita; los trece años que han
pasado desde su publicación, y el peso enorme que hoy tiene la web en el tema
han contribuido tal vez a cierto aire decadente, incluso en su lenguaje, aunque
el espíritu de la propuesta no haya perdido vigencia.
(vía)
pOp cOntrOl hace
un repaso personal y decididamente subjetivo a determinados componentes de la
subcultura que sin nexos especialmente conseguidos van de los psychokillers a
las teorías conspiranoicas pasando por el control de las corporaciones, la
televisión, los subdeportes o la revolución islámica iraní. Lo post-industrial
surge tras la II Guerra Mundial, cuando el mito de la sistemática industrial
masiva cae por el horror nazi que lo llevó a su culmen, y una nueva era
cultural crece, amparada por la guerra fría, el desarrollismo capitalista y la
explosión de lo mediático.
Miguel Ibáñez yuxtapone miles de anécdotas y opiniones, resueltas
en pinceladas en gran parte, que a veces aturden por acumulación (las
conspiraciones por ejemplo llenan un capítulo de gran exceso enumerativo), y en
el que las ideas excelentes y la visión alternativa sobre el mundo cultural que
vivimos y su lectura divergente quedan algo ahogadas. Es interesante su visión
desparramada de la cultura popular del control, reflejo de su carácter extenso
e inabarcable, y su revelación de otro mundo es excelente para ingenuos no
iniciados, pero su tono y lenguaje apelan más bien a los propios consumidores
vocacionales de la (sub)cultura recogida, expulsando así al extraño, que en este
caso resulto ser yo. O tal vez no, porque con mimbres similares, el SeñorAusente continúa creando una obra analítica superior en profundidad y excelentemente
escrita. Que al final, es lo determinante.
(vía)