30 de agosto de 2018

El mundo se rinde ante el bluff


 

Si una novela francesa (aquí de no ficción) viene con premio prestigioso, recupera críticamente un episodio de la II Guerra Mundial, que además intenta reconstruir y aún entender la fenomenología del nazismo, y encima es breve… es probable que tenga en mí un lector agradecido. No es que sea un lector sistemático ni un seguidor completo de esta temática concreta, pero es uno de los momentos históricos cuyo entendimiento como aficionado me suele gustar.

Hitler en Viena, 1938 (foto del archivo del ABC)

El orden del día, la novela de Eric Vuillard, tiene dos líneas principales que sustentan su construcción: la denuncia del complejo industrial alemán como cómplice de la guerra (con proyección al presente dado que las empresas implicadas perduraron y hoy en día son importantes), y el desastre primero diplomático y después militar del Anschluss, la anexión de Austria por parte de Alemania en el inicio de 1938. La desmitificación de la eficacia de la maquinaria militar alemana no es del todo nueva, pero es más habitual encontrarla refiriéndose a la campaña rusa y a la segunda mitad de la guerra, relacionada también con los esfuerzos perdidos en la Solución Final y la corrupción desatada ya completamente tras la derrota en Stalingrado. Existía entre los pueblos europeos invadidos, y así la narraba por ejemplo Imre Kertesz, una percepción popular de que los alemanes eran gente seria; por ello, el hecho de una inutilidad militar alemana ya presente en la anexión austríaca resulta sorprendente. Vuillard en cierto modo se recrea en este bluff, en una invasión conseguida más por amedrentamiento que por capacidad real, dejando la sensación de que tal vez la guerra y el nazismo podrían haber sido desbaratados de realmente haber acertado en el diagnóstico y haber sido más firmes y haber estado más preparados ante la bravuconería, parte esencial de un régimen cuyo fundamento en la crueldad absoluta garantizaba una caída pronta (aunque esto igual es demasiado actual como perspectiva, y resulta sencillo decirlo sabiendo lo que había de venir).

 
Fabricación de tanques en Alemania (vía)

El orden del día, de todos modos, no cumple en mi opinión las expectativas. A la desconexión de las dos líneas mencionadas (la primera se va diluyendo sin más continuidad) se une lo que me parece cierta facilidad de juicio moral y una sensación de déjà vu. Creo que la ausencia de personajes no ya empáticos sino al menos humanos de cierta credibilidad o verosimilitud, sin caer en los tópicos esperables, es el problema del libro. Para que los personajes fueran así no debería ser un obstáculo su inmoralidad intrínseca, ni, por supuesto, el carácter de no ficción, pero si unimos esta ausencia al desapego de narrar una acción que en sí se define como mediocre y más valedora de juicio histórico actual que de drama narrativo, pues… Cierto es que con frecuencia el juicio acerado es lúcido, y la idea de partida realmente atractiva, y por eso mismo resulta tan fastidiosa esta descompensación.

 
Eric Vuillard, fotografiado por Joel Saget (vía)

15 de agosto de 2018

El feminismo en España




Los congresos actuales del PSOE son más tranquilos que los del PP, supongo que por la naturaleza diferente de sus primarias: el Secretario General viene decidido de antemano por un cuerpo electoral coherente y la pasión queda reducida a las acaloradas discusiones ideológicas (las hubo) o a esperar el porcentaje de aprobación de la nueva ejecutiva para saber con cuántos cuchillos especulará la prensa a partir del resultado. Así que, seas delegado o invitado, te da tiempo suficiente a deambular entre sesiones, y, para mi gusto, descubrir con tranquilidad las ofertas de la tienda de publicaciones, donde hay libros baratos (¡5 euros!) y muy educativos como éste, El feminismo en España. Dos siglos de historia, editado por Pilar Folguera, que recoge las conferencias de un curso sobre feminismo que, de modo pionero a pesar de celebrarse hace treinta años escasos, organizó la Fundación Pablo Iglesias. No es el único libro que compré, algunos para regalar, y desconozco si otros partidos apuestan tan fuerte por este tipo de publicaciones.


Artículo 14 de la Constitución Española
Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.

Hace apenas treinta años sólo llevábamos diez años de una Constitución que consagraba el principio de igualdad ante la ley. Partíamos de un régimen dictatorial que no respetaba este principio, y que había trabajado activamente por borrar cualquier atisbo de liberación o emancipación femenina, y cuya visión del tema era unívoca y vertical, de ideología ultracatólica y profundamente conservadora, según la dirección de la Sección Femenina. Sólo las necesidades socioeconómicas (de las que el régimen franquista no podía escaparse) y no precisamente el convencimiento ideológico habían permitido una tímida introducción de la mujer en el mercado laboral más allá de las labores tradicionalmente femeninas.

María de Zayas

Como buen libro histórico, El feminismo en España. Dos siglos de historia tiene descubrimientos para el lego, como la personalidad de la sorprendente María de Zayas, o la curiosa inversión de la historia del sufragismo en las primeras décadas del siglo XX entre España y varios países de referencia en Europa. Por momentos el fresco histórico apasiona, como en la II República Española, o en las circunstancias digamos clásicas en que se enfrentan los movimientos obrero y feminista, o en la explicación de los conceptos hoy en día paternalistas que se discutían en los primigenios congresos sobre la cuestión femenina. Por otro lado, como libro escrito por varias autoras y además procedente de un curso, se producen repeticiones y capítulos de diferente interés.

Emilia Pardo Bazán

No obstante, el volumen y muy especialmente las primeras contribuciones, son muy disfrutables en cuanto a la profundización en los objetivos del movimiento feminista según las épocas, reflejando también a la propia sociedad española y sus momentos políticos en los dos últimos siglos. El feminismo en España. Dos siglos de historia es también, lógicamente, una historia implícita de los modos sociales, públicos y privados de nuestro país.

Pilar Folguera (vía)