Después de Zergatik Panpox me he atrevido con un nuevo libro, esta pequeña novela, de Arantxa Urretabizkaia, titulada Koaderno Gorria. La protagonizan en realidad dos mujeres en situación de desplazamiento. Una de ellas, conocida como L, está en Caracas en una misión: encontrar a y contactar con los hijos secuestrados de la otra protagonista, conocida en la novela sólo con el nombre de Ama.
Ama, además de haber criado y educado a sus hijos de 10 y 13
años, a los que su marido secuestró hace siete años, ha escrito el cuaderno de
tapa rojas del título, una pequeña memoria dirigida a sus hijos de cómo fue su
nacimiento, sus primeros años, y sobre cómo se dio cuenta de su secuestro. Este
se debe, aparentemente, a que Ama tuvo que huir a Francia y refugiarse en una
casa oculta; el marido, que se había por lo visto separado de los intereses de
su mujer, que anteriormente compartía, decide secuestrar a los hijos y emigrar
a Caracas. Siete años más tarde, Ama por fin ha tenido noticia de ellos, y
envía a L para que les entregue el cuaderno. El libro combina las acciones de L
en Caracas junto con los textos del cuaderno que ella misma va leyendo. No es
del todo fácil adivinar la ambigua relación de L con Ama, y también lleva
páginas comprender la trama por su montaje paralelo, que indica también determinadas
trayectorias paralelas entre Ama y L.
El cuaderno rojo de Ama contiene textos y situaciones que
recuerdan vivamente a Zergatik Panpox, dejando claro que la relación
materno filial es de gran interés para Urretabizkaia, especialmente con niños
pequeños. De nuevo aparecen vívidas situaciones de cierto costumbrismo donde la
ternura y la intimidad con el bebé o el niño o niña relucen con especial
cercanía en su literatura. El calor del euskera como idioma hacia con los niños
es probablemente parte de este encanto, ya que el testimonio es de nuevo dado
por una madre (conocida como tal por su nombre en el texto, Madre) dirigiéndose
específicamente en este idioma. En Koaderno Gorria, de hecho, la
posibilidad de que los niños la hayan olvidado
angustia a Ama, pero también y con cierta intensidad, que hayan olvidado
el idioma y que puedan necesitar una traducción del cuaderno. Esta obsesión
además no se resuelve, con cierto simbolismo, hasta la página final.
Zergatik Panpox y Koaderno Gorria comparten
también la situación de separación de una pareja por motivos que en las solapas
se definen como políticos. En realidad, se trata de militantes de ETA. En Zergatik
Panpox es el padre quien ha abandonado a la madre por la 'lucha', y en Koaderno
Gorria sucede que la madre debe recluirse para no ser detenida; el lado
menos militante de la pareja, en cada caso, se queda con la descendencia. Es
obvio en ambos casos que el contexto no es el tema principal del libro, que en
cierto modo actúa como deus ex machina que desata el acontecimiento que altera
la vida de una madre reciente, pero por otro lado es revelador que en la
ambigua sombra trasera figure en ambos casos el terrorismo. En Koaderno Gorria
es más obvio: Ama se manifiesta embarazada a finales de los setenta, se
considera una luchadora por la independencia, y sin explicar posibles acciones,
se ve obligada a pasar la muga y refugiarse en Francia. Pertenece al personaje
la romantización de su propia postura, dibujada con orgullo inevitable. Existe
un arrepentimiento sentimental contenido al final, pero no cabe duda de la
factualidad de aceptación del discurso descriptor de un determinado país que
tiene esta construcción, que en cierto modo pretende alcanzar un mito que hoy
en día les gustaría hacer fundacional a sus seguidores. No es que no lo
intenten: de esto va la batalla del relato, que ahora se ve tan lúcida al leer
un libro de hace 35 años.