A pesar del título de esta novela, el protagonista de la
misma no es el hombre del título, Abel
Sánchez, sino su mejor amigo, Joaquín Monegro, quien vive amargado por el
odio y la envidia hacia Abel. Esta inversión es curiosa pero coherente, pues en
la acción y pensamiento de Joaquín sólo existe una pasión permanente: su amigo
de la infancia, quien siempre fue más popular, quien se quedó con su novia,
quien ganó más reputación profesional, aquel a quien más quiso todo el mundo.
Abel Sánchez es
una novela corta estructurada en capítulos muy cortos, dialogados muy
teatralmente, y con cierta sensación de haber sido despachados con rapidez. Presentes
están varios de los temas de interés de Unamuno: el peso de los
convencionalismos sociales y religiosos en la felicidad individual, la
educación y las estructuras familiares, el racionalismo frío enfrentado a las
creencias apasionadas. Parecería más sutil ver su crítica social y política, de
la que existen pinceladas obvias pero no demasiado profundas.
Caín mata a Abel en el Génesis de Robert Crumb
El drama se centra en la envidia que lleva al odio, en que
Unamuno quiere reflejar sin duda el llamado mal español, que conocía como hombre que creció y murió durante sendas guerras civiles.
También varios capítulos giran alrededor de las relaciones entre los diferentes
cónyuges y supuestos amigos que, aunque avanzan con el tiempo, apenas se
desarrollan emocionalmente más allá de un dibujo intelectual inicial. La estupenda
novela cainita que respira en estas páginas no llega a materializarse, aunque
se vislumbre bajo el peculiar genio del autor. Queda para los que somos sus
lectores el comprobar la facilidad con que despacha la obra, y esa peculiar
línea que tienen sus novelas en que se toma un personaje o episodio o tópico
cristiano, y se lleva al extremo moral, a un punto casi fanático y sin retorno en que
se despoja de toda enseñanza y pasa a lo enfermizo. Este Joaquín Monegro anida, vigilante, en las páginas que con lógica y
para su odio eterno, se titulan para la posteridad bajo el nombre de su odiado
amigo, Abel Sánchez.
Miguel de Unamuno (vía)