Fogonazos de rayos cósmicos es la respuesta a ¿Qué ven los astronautas cuando cierran los
ojos?, la pregunta escogida como título para el volumen escrito por Antonio Martínez Ron, que
recoge sus artículos, posts y entradas sobre temas científicos en blogs y
medios publicados a lo largo de varios años: Fogonazos,
La Información, Quo, Naukas,
etc… El libro (que me regalaron en papel) puede comprarse en la tienda de Jot
Down.
Recuerdo hace años haber seguido más o menos Fogonazos,
tener la web en favoritos cuando aún no usábamos feeds, pero ya no sé en qué
traslado de ordenador o de trabajo quedó olvidada o arrinconada, así que el
libro fue una pequeña alegría. Porque la memoria cree recordar algunas
historias, pero no está segura del todo, y porque soy un lector al modo clásico
al que aún le gustan las fuentes en papel (o eso quiero creer, porque en
realidad el archivo acumulado anual es claramente inferior con los años). ¿Qué ven los astronautas cuando cierran los
ojos? es también un signo de este tipo de publicaciones, asimilables a un
libro clásico como era la recopilación de artículos de prensa: los capítulos
son necesariamente breves, casi siempre de una intensidad algo aparente, tienen
un carácter misceláneo, y su lectura continuada revela lógicamente más
repeticiones o modismos que si se intercala un blog con otros blogs en la
experiencia de leer en la red a lo largo de varios días. No he podido evitar
acordarme de los
mutantes de Baricco, claro.
Ilustración de la entrada del 16 de diciembre de 2012
en Fogonazos.
Lo que más me atrae de este libro estaba presente en las
entradas originales: el tono de asombro aparentemente ingenuo que Martínez Ron
adopta para su papel divulgador. Resulta cercano al lector lego en ciencia (esto
debería ser un oxímoron), y expone los fundamentos científicos con una claridad
meridiana y comprensible. Gusta de relatar anécdotas alrededor de la ciencia
que la humanizan, aunque también se fija en episodios paralelos paradójicos más
proclives al mero dato curioso que a la explicación científica. Los temas tienen
casi siempre cierto impacto mediático y en general no necesitan una
profundización técnica importante, al menos para su objetivo comunicador.
Aunque esto puede frustrar más al lector sí acostumbrado a los libros de
ciencia. No es cosa fácil profundizar y seguir manteniendo el interés, claro
que para el autor poner los límites debe ser también complicado. Les pongo
ejemplos anteriores de libros científicos y dónde
me perdí, y dónde
no.
Si se piensa bien, el hecho de que ambas cosas –comunicación
efectiva y falta de profundización técnica- vayan juntas es síntoma de la
incultura científica en que vivimos, que ¿Qué
ven los astronautas cuando cierran los ojos? quiere combatir en pequeñas
dosis. El libro es algo disperso, no tiene un nexo temático completo, ni
intención necesariamente cronológica ni documental. Todo ello lo convierte en
ligero y disfrutable, aunque con el riesgo de convertirse en un catálogo de
curiosidades. Reconozco que me gustaría leer algo de Antonio Martínez Ron más
largo y centrado en un tema, pues su método resulta atractivo, y creo que el
riesgo es asumible.
Antonio Martínez Ron, también en
la tele.
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