8 de agosto de 2019

Optimismo, volumen 2


 


Factfulness arrastra una leyenda moderna: haber sido regalado por Bll Gates nada menos que a todos los universitarios estadounidenses graduados en 2017. No sé (no quiero saber) cómo accedería Gates a semejante cantidad de datos, pero aplaudo el gesto. También Barack Obama, convertido ya en famosos que recomienda listas, puso a Factfulness en un pedestal. Bueno, pues sí, el libro lo merece mucho, muchísimo incluso.

Los subtítulos de Factfulness (un título intraducible por sí mismo: ¿factualidad? ¿factualización?) presenta en su portada son reveladores: Cómo los prejuicios y un mal uso de los datos condicionan la visión de los problemas del mundo, y Diez razones por las que estamos equivocados sobre el mundo y por qué las cosas están mejor de lo que piensas. Normalmente titulares con este aire de autoayuda me hacen huir de un libro, pero se produce una inversión curiosa: los autores (uno principal, el ya fallecido Hans Rosling, su hijo Ola Rosling y su nuera Anna Rosling Rönnlund, quienes ejecutaron gran parte del análisis gráfico esencial en la presentación de datos e hicieron la revisión final del libro debido a la enfermedad de Hans Rosling) usan presentación, lenguaje y escritura cercanos a la literatura de autoayuda para presentar resultados obtenidos mediante una aproximación científica a datos económicos y sociales de la humanidad. En realidad el libro no es interesante por sus valores literarios (algunos pasajes me han parecido infantilmente redactados), pero los autores no tienen interés obvio en el ensayo como arte. Creo que estamos ante un libro de texto, de contenido y presentación sencillos y amenos, con alto valor pedagógico, para un consumo generalizado, que asume su posición con una agradecible modestia expositiva, y que sabe apelar primariamente a nuestra inteligencia. No es, sin embargo, un trabajo simple, encierra en sí mismo un resumen de la vida y obra de Hans Rosling, incluye ejemplos depurados devenidos en demostraciones sencillas, y no presenta teorías arrogantes. Y, por supuesto, su metodología gráfica da algunos resultados brillantes.

 
Esperanza de vida frente al ingreso anual por países y continentes, en 2018. Este gráfico está sacado de la web de GapMinder, fundación creada por la familia Rosling, que trabaja en estudios de datos, y que contiene diferentes herramientas para obtener los gráficos incluidos en Factfulness. Se puede trabajar con estas herramientas fuera de la web, y todos los datos están disponibles.

El método de Factfulness parte de una encuesta con una serie de preguntas sencillas sobre el estado de algunas cuestiones globales, que, en general e independientemente de la formación, situación económica y estatus social, tendemos a responder mucho más negativamente que lo que corresponde a la realidad (con una excepción, la pregunta sobre el cambio climático). Rosling analiza después cada pregunta en un capítulo específico, que relaciona con un instinto humano primario, en varias ocasiones adscribible a una psicología elemental de supervivencia, que el autor considera que produce una contradicción elemental entre nuestra sensibilidad subjetiva individual y nuestros logros sociales como colectivo. El análisis antropológico (por ejemplo: ya no somos animales de caza pero mantenemos aún emociones similares) resulta un tanto simplón, así como el ejemplo personal que Rosling describe en cada capítulo, pero está exento de paternalismo y lleno de humildad ante el aprendizaje. Incluye además instintos peculiares que hacen perder criterio a personas que en otros ámbitos puedan ser racionales en su observación y deducciones: los militantes de cualquier causa, incapaces de juzgar objetivamente los resultados de su lucha por el hecho de convertir esa lucha en un objetivo más que en un medio, podría ser el mejor ejemplo. Veo un mayor logro en la simplicidad de la segmentación económica que Rosling aplica a toda la humanidad, con una separación por rangos de ingresos, que determinan necesariamente el estilo de vida, y que dividen claramente la forma de ver el mundo. Es esclarecedor porque además Rosling lo compara en el tiempo y en el espacio, elimina con clarividencia cualquier tópico nacional o racial en la consideración del progreso humano, y articula un cambio lógico, comprensible y alejado de las generalizaciones en el punto de vista sobre la situación económica de cada país.

Los métodos y resultados de Factfulness me han recordado mucho a los de un libro que leí hace cinco años, The Rational Optimist, que reseñé con cierto entusiasmo contenido. El autor, Matt Ridley, tenía un tono más triunfalista (algo que Rosling evita explícitamente) ante los problemas individuales y teorizaba sobre las bondades del libre comercio y la innovación, con confianza plena en ambos, para sustentar el progreso y superar el cambio climático, lo que en cierto modo también parecía una excusa política (Ridley es un Lord del Partido Conservador, además de científico y excelente divulgador, al menos por los dos libros que he leído de ñel, el mencionado y el estupendo Genoma), que en Rosling claramente no existe. Pero también incluye su mención política y económica sobre el papel del estado frente al de la iniciativa individual, y la necesidad de equilibrio entre los valores positivos de ambos.

Pero no es este subtexto político el destacable en Factfulness, claro. El libro tiene un punto de clarividencia asombrada y de honestidad expositiva que es atractivo y aplaudible. Dan ganas de llevárselo a las reuniones de cuñados, de explicárselo a los analistas inmediatos de webs y noticias, a los agoreros del apocalipsis, porque bajo su modestia late un encomiable trabajo y un humanismo moral que desarman cualquier tertulianismo estúpido.

 
Hans Rosling, por David Shankbone (vía)



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