13 de agosto de 2022

Apocalipsis

 



Apocalipsis o Libro de la revelación es una edición bilingüe griego/castellano del último libro de la Biblia, adornado con los grabados que el taller de Lucas Cranach realizó para la primera Biblia de Martín Lutero, y prorrogado por un estudio de la influencia del Apocalipsis en la filosofía, la historia, la política, y el arte, en este caso ilustrado con otras imágenes artísticas relacionadas. Este estudio está firmado por Patxi Lanceros, y el libro, editado por Abada Editores, figura como escrito por él y por Juan de Patmos 

‘Y los siete ángeles que tenían las siete trompetas se aprestaron a tocarlas’


Pareciera que el Apocalipsis debería estar culturalmente superado, pero es obvio que no es así: su visión de fin traumático de la Historia tiene un fundamento determinado en el contexto en que se escribió (las revueltas judías contra Roma a finales del siglo I), pero el alcance de la visión de Juan de Patmos trasciende el momento. A esto se dedica el estudio previo, que en su brevedad recoge resumidamente argumentos e influencias que, desarrollados, podrían multiplicar fácilmente sus páginas. Es algo frustrante en ese sentido, si bien no pretende ser un -imposible- estudio exhaustivo sino más bien un acercamiento casi sentimental al peso del Apocalipsis en nuestra cultura, en el que la sucesión de ideas de interés es relevante:

1-la idea cultural occidental del final de la historia, de un final además siempre inminente, que atraviesa el pensamiento occidental una vez que el provindencialismo judeo-cristiano rompió la quietud del cosmos griego y ya se instaló en todas las filosofías, incluido el marxismo y la postmodernidad distópica actual.

2-el texto del Apocalipsis como resultado de una guerra invasora terrible, en la que el invadido es un pueblo rebelado y revelado a la vez: la respuesta al terror romano es nada menos que el fin de los tiempos y el juicio final de las almas, ante cuyos horrores el invasor no podría sino estremecerse. Es mucho más difícil vencer a un libro profético y magnético e imperioso como el Apocalipsis; y en buena medida, podría afirmarse que con los siglos no es Roma quien acabó triunfando.

'Y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres blasfemos; tiene siete cabezas y diez cuernos'
 

3-la influencia actual de la espera: el anunciado apocalipsis no acaba de suceder, la parusía o regreso de Jesús no acaece, y el concepto de espera necesaria se impone, y trae sus propias consecuencias, encarnadas por un desplazamiento de la ansiedad por la misma hacia actitudes místicas, ermitañas, ritualísticas, etc.

4-el poder de la propia literatura del texto, tanto por presentar un Jesús y un Padre muy distintos a los del resto de libros del Nuevo Testamento, pero también por su potencia arrolladora, con su aplicación inquietante de una justicia visionaria y vengativa como forma de rechazar la figura del divinizado emperador romano.

5-la principal relectura artística que destaca Lanceros tiene que ver con el momento histórico más apocalíptico de nuestro imaginario, y probablemente también de la Historia: la II Guerra Mundial y sus alrededores, periodo del que la extracción de obras que apelen a un juicio final reencarnado en los horrores del conflicto incluye entre otros a Messiaen (Quatour pour la fin du temps), Mann (Doktor Faustus), y el esperable pero no fuera de lugar Guernica de Picasso. Las obras de arte han sido la forma tradicional en que la religión o el poder se han dirigido a un pueblo mayormente analfabeto, y en la II Guerra Mundial el fin definitivo de la Historia se colige a partir de la proliferación de miserias y abismos que se hacían reales y el arte también muestra. Si no existe futuro y la angustia existencial lo domina todo, ¿no está terminando el tiempo y comenzando el esperado final? El terror al fin inmediato y la angustia por la espera del juicio se encontraron en un momento de convergencia del relato que el cristianismo ha necesitado construir en los 2.000 años en que Jesucristo no ha venido a juzgar.

'Y vi el cielo abierto y he ahí un caballo blanco, y el que lo monta se llama el fiel, y el verdadero, y juzga con justicia y guerrea'

El brillo de este estudio es admirable, pero su estilo, algo poético y por momentos evasivo, mantiene un cierto misterio no analítico. No me agradan determinados juegos de palabras, como (sub)rayar de continuo los dobles significados usando paréntesis con las sílabas de los vocablos, pero en general cumple muy bien la función de prepararnos a la BESTIA que en efecto es el Apocalipsis en sí.

No por conocido el texto del Apocalipsis es muy leído, aunque encierre una buena cantidad de referentes culturales que aún conocemos y manejamos. Su nivel de profecías continuadas, de revelaciones narradas a elegidos, de animales mitológicos y fenómenos naturales imposibles, etc. es abrumador, una espiral de horrores y catástrofes, que, muy importante, se revelan para ser narradas, registradas, relatadas: que todos sepan, haced saber a… No es raro que sea un libro de libertad (escrito por un rebelde que busca un último refugio inaccesible para ser libre), y un escrito de poder: el de las armas, la violencia, las bestias del averno contra el enviado y los arcángeles, el de los vencedores por ser seguidores del Dios verdadero.

Los grabados de Cranach, con su representación imaginativa y desbordante y sus colores vivos, completan una experiencia estética de primera magnitud, y el conjunto del libro es de gran disfrute. ¡Quién lo iba a decir! ¡Cualquier día vuelvo a Lovecraft!


Patxi Lanceros (vía)

 

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