19 de abril de 2014

Lo imposible

 

Física de lo imposible, este libro de Michio Kaku, es anterior a la película de J.A. Bayona que reventó taquillas, Lo imposible, que no sé si se inspiraría en él para hablar de un fenómeno físico conocido y perfectamente posible. Lo que sí es cierto, y confesado por el autor, es que la vocación científica y divulgativa, que es la que inspira el libro, puede perfectamente nacer en el consumo literario, televisivo, y cinematográfico, de la ciencia ficción.

Los peligros del teletransporte, versión David Cronenberg

El atractivo punto de inicio de Física de lo imposible es, por tanto, recoger las principales imposibilidades físicas retratadas en la cultura popular, clasificarlas en razón de la capacidad tecnológica actual para llevarlas a cabo, y estudiarlas desde un punto de vista científico. Así, tenemos imposibilidades de clase I, posiblemente solucionadas tecnológicamente en un siglo (invisibilidad, teletransporte, psicoquinesia, antimateria…); de clase II, que no contravienen las leyes de la física pero que están lejos de nuestro alcance tecnológico (el viaje en el tiempo, los universos paralelos), y las de clase III, que supondrían una reformulación de las leyes de la física (precognición, máquinas de tiempo perpetuo). Cada imposibilidad tiene su capítulo, precedido casi siempre por el ejemplo sacado de una película o novela, estudiada bajo la luz de las expectativas humanas respecto al mismo, los científicos prominentes que dieron los primeros pasos que ayudaron a su resolución, y el estado del arte actual, tanto tecnológico como científico. Bueno, no exactamente actual, sino de 2008, claro.

Las botas de Ewan McGregor me resultan más difíciles de explicar que las espadas láser... 

El resultado es un apabullante resumen de los principales campos científicos punteros actuales (siempre alrededor de la física, sin entrar en la biología y la genética, que sería la otra gran disciplina científica en la cresta de la ola), con apariencia rigurosa a pesar del cebo de la cultura popular, que puede tal vez parecerle prolijo al lector analfabeto en ciencia (a estas alturas, igual debería dejarlo sólo en lector analfabeto) cuando la tecnología se va filtrando e imponiendo en cada capítulo, pero que resulta brillante en varios de sus episodios al encontrar el nexo emocional que une al desarrollo científico teórico más complejo con la aplicación deseada que contribuya a cambiar la humanidad, y por ello nuestras vidas cotidianas.

El oficial científico del Enterprise es uno de los personajes principales de Star Trek

Kaku escribe claro y preciso, con definiciones sencillas de lo complejo, y ejemplos culturales reconocibles. Tal vez sea banal responder a si existirán alguna vez las espadas láser, o a si podremos teletransportarnos, pero sucede que la imaginación también desata la Ciencia, como sucede en el caso que narra el propio autor, en que Star Trek consiguió dar una solución a un problema concreto. Kaku abre la puerta al interés de cada lector por un tema concreto, y cumple bien con lo que es la divulgación científica, apoyándose más de lo que el canon espera en el imaginario popular, pero usándolo inteligentemente en beneficio del conocimiento.

Michio Kaku (vía)


2 comentarios:

  1. "Cada imposibilidad tiene su capítulo"
    Sorprendente clasificación, nunca hubiera pensado que lo de los viajes en el tiempo no contraviniera las leyes de la física. Si consiguiéramos esto se podría avanzar en muchos campos. Claro que salvo que salvo que fueran viajes en masa también habría que considerar nuestra tendencia al mito y la resistencia al cambio.

    Voy a ver si mis imposibilidades son también clasificables, igual es que me estoy empeñando en alguna de clase I...

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  2. no va tan desencaminado lo de los viajes en masa: hace tiempo que los viajes al futuro están admitidos, que yo sepa. Son posibles dentro de las ecuaciones de Einstein, la cuestión es tener la tecnología que permita practicarlos, a la que no se ha llegado (bueno, y las personas que quisieran hacerlo, en principio sin retorno...). Los viajes al pasado siempre fueron más discutidos, pero parece que sí se ha comprobado que es posible, que las partículas subatómicas lo hacen. Para masas más grandes la cosa está por comprobar, pero teóricamente, al menos, no contravienen las leyes de la física actualmente formuladas. Claro que se meten en berenjenales, que si igual con eso pasas a otro universo, que creas otra realidad en otro 'corte' del espacio-tiempo, y elementos que son de momento sólo teóricos...

    podríamos acuñar un refrán para las las imposibilidades de clase I, algo así como que 'no hay imposibilidad que cien años dure'!

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