Entre las ventajas de conocer personalmente a un autor está
el poder leer un libro antes que los lectores, y poder tener el placer de
releerlo cuando se publica. Aquella lectura fue en un eReader lento con el que
intenté descubrir los placeres de la lectura electrónica sin conseguirlo; ahora
puedo disfrutar de esta edición de magnífica tapa dura, con esta vistosísima
portada psicodélica de CalaveraDiablo y publicada por la Editorial Cerbero.
Blitzkrieg! puede
ser una de las ucronías
serias más locas jamás escrita; especula con que la Segunda Guerra Mundial fue
librada con armas de destrucción masiva desarrolladas a partir de los inventos
de Nikola Tesla pero comercializados por su némesis Thomas Alva Edison a los
dos lados de la contienda. La sorpresa es enorme desde las primeras páginas: si
bien las armas sónicas capaces de destruir ciudades gracias al acoplamiento de
longitudes de onda todavía suena posible en los universos Tesla, que los campos
electromagnéticos de sus bobinas pudieran resucitar a los muertos y crear
ejércitos de no-vivos a descargar en contenedores contra las potencias del Eje
es directamente alucinante.
Nikola Tesla (vía)
Esta idea arriesgada no cae en una loca academia de la Historia gracias a una potencia literaria de
primer orden. Bartual realiza su crónica desde distintos puntos de vista y
usando diferentes géneros literarios (desde narraciones bélicas de Orson Welles
como periodista radiofónico en Pearl Harbor deudor
de su propia Guerra de los Mundos a los diarios personales de Albert Speer escritos en
la prisión de Spandau), con un ritmo endiablado en el avance de la narración
inteligentemente dosificada en sus elipsis, y utilizando una ingente cantidad
de cultura pop del siglo XX que entreteje una serie de afecciones
histórico-culturales en el lector dispuesto a disfrutarlo.
Orson Welles en la radio (vía)
Bartual es un exégeta del cómic que durante la escritura de
esta novela también completaba su ensayo
sobre Jack Kirby y sus conexiones con la psicodelia. La conexión entre
estos dos libros es importante, no sólo porque la trama de Blitzkrieg se
desplace tras la IIGM a los años 60 y 70, en los que, de acuerdo a Bartual, los
trabajos de Timothy Leary
consiguieron atemperar los efectos de la bobina Tesla en los ejércitos de no
muertos, sino por la propia pasión histórica que supone recrear un grupo de
superhéroes obtenidos de la historia del siglo XX (Tesla, Welles, Speer,
Leary…), que en Blitzkrieg!
desarrollan sus capacidades para poderes inesperados, que luchan contra sus
propios supervillanos, que afrontan aventuras en distintas décadas aun
manteniéndose físicamente, y que en su fantasía espaciotemporal y literaria el
autor consigue reunir en una ficción compartible por todos ellos. Una
panhistoria que comparte hechos históricos y ucronía, pero también estados
alterados y conscientes, y que en su inversión aparentemente juguetona de la
Historia académica encierra tanto documentación histórica como interpretación
pop de los acontecimientos de una parte del siglo.
Creo que la enorme ambición de Blitzkrieg! y la sabiduría con que está construido adolecen no
obstante de un destino final al que llegar. Puede ser una buscada ausencia de
catarsis final, o tal vez una imposibilidad dramática de resolución del concepto
desarrollado. Incluso puede que en su caudal inagotable de historia y
subcultura sea así, inacabablemente, como se baila el siglo XX.
Roberto Bartual (vía)